sábado, 29 de noviembre de 2008

Mexicanas...



Tlazoltéotl, luna mexicana, diosa de la noche huasteca, pudo hacerse un lugarcito en el panteón macho de los aztecas.





Ella era la madre madrísima que protegía a las paridas y a las parteras y guiaba el viaje de las semillas hacia las plantas. Diosa del amor y también de la basura, condenada a comer mierda, encarnaba la fecundidad y la lujuria.





Como Eva, como Pandora, Tlazoltéotl tenía la culpa de la perdición de los hombres; y las mujeres que nacían en su día vivían condenadas al placer.






Y cuando la tierra temblaba, por vibración suave o terremoto devastador, nadie dudaba: –Es ella.






Texto tomado de Diosas y reinas, Eduardo Galeano, en Rebelión. En su próximo libro, Espejos: Una historia casi universal, que está en la calle desde mediados de abril, Eduardo Galeano elabora un inventario general de los hitos y mitos de la historia de los hombres, un repaso caprichoso desde los orígenes hasta hoy, sólo regido por la mirada lírica y lúcida del autor. Como anticipo, Radar primero, Rebelión después, y luego Sin pelos en la lengua, de donde lo tomo, ofrecen el capítulo dedicado a las mujeres de la antigüedad y la mitología, una suerte de fundación del machismo. Yo lo voy colocando acá de a pedacitos...

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