sábado, 20 de septiembre de 2008

15 de noviembre de 1533: Cuzco. Entran los conquistadores en la ciudad sagrada.


En el radiante mediodía, a través de la humareda se abren paso los soldados. Un olor a cuero mojado se alza y se mezcla con el olor de la quemazón, mientras resuena un estrépito de cascos de caballos y ruedas de cañones.


Recorte de foto de Kamoteus.


Nace un altar en la plaza. Los pendones de seda, bordados de águilas, escoltan al dios nuevo, que tiene los brazos abiertos y usa barba como sus hijos. ¿No está viendo el dios nuevo que sus hijos se abalanzan, hacha en mano, sobre el oro de los templos y las tumbas?




Entre las piedras del Cuzco, tiznadas por el incendio, los viejos y los paralíticos aguardan, mudos, los días por venir.





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