Mi tocayo Pedro, de Madrid, ha dedicado gran parte de su vida, a enfrentar aventuras y desventuras en el Nepal. Poco a poco, entre la belleza en sus montañas, y los dolores y desventuras de sus habitantes, ese maravilloso país le ha ido develando el drama y la riquesa de su vida.
En su blog, nos va narrando sus experiencias, tanto de sus excursiones a lo largo de la cordillera del Himalaya, que quiere decir "Morada de la Nieves", como en su acompañamiento a ancianos enfermos en un centro de la Madre Teresa de Calcuta en Pashupati, o desde Maiti Nepal, una ONG que atiende a víctimas del tráfico sexual, apoyando a niñas enfermas de Sida que lo habían contraído en los burdeles de la India, después de haber sido vendidas a la prostitución.
Pedro nos cuenta, que una de estas niñas es Shanti, de 16 años, deficiente mental y ciega, que cuando sólo contaba con 13 años, fue violada por cuatro vecinos de su pueblo. Ella ha comenzado a aprender braille, y con mucha paciencia y ayuda, por parte de otra de las niñas, está aprendiendo a fabricar velas de cera. Hace casi 100 unidades al día, según ella para el festival de luz del año próximo. Una luz que nunca podrá ver.
En su blog, nos va narrando sus experiencias, tanto de sus excursiones a lo largo de la cordillera del Himalaya, que quiere decir "Morada de la Nieves", como en su acompañamiento a ancianos enfermos en un centro de la Madre Teresa de Calcuta en Pashupati, o desde Maiti Nepal, una ONG que atiende a víctimas del tráfico sexual, apoyando a niñas enfermas de Sida que lo habían contraído en los burdeles de la India, después de haber sido vendidas a la prostitución.
Pedro nos cuenta, que una de estas niñas es Shanti, de 16 años, deficiente mental y ciega, que cuando sólo contaba con 13 años, fue violada por cuatro vecinos de su pueblo. Ella ha comenzado a aprender braille, y con mucha paciencia y ayuda, por parte de otra de las niñas, está aprendiendo a fabricar velas de cera. Hace casi 100 unidades al día, según ella para el festival de luz del año próximo. Una luz que nunca podrá ver.
¡Una niña ciega fabricante de luz!
Y me hace pensar, que sin ir tan lejos, algo podemos hacer para poner un poco de luz en la vida de los que sufren y son excluidos en nuestro alrededor... ¿Ya lo habías pensado? ¿Y ya estás poniedo tu granito de arena? ¿Nos lo cuentas con un comentario?
2 comentarios:
Ojalá todos hagamos como ella y fabriquemos luz desde nuestra propia oscuridad...
hermoso post Pedro, gracias por compartirlo...
En cuanto a tus preguntas, tantas visitas a este blog me están haciendo pensar... estoy en algo de eso... si se concreta te cuento ;)
un beso
Bue... Yo aquí sólo hago eco... Hermoso en realidad el caminar de mi tocayo, en sus viajes al Nepal...
Esperamos tu cuento... ;-)
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