Leo en La Haine, que se descubrió, mediante documentos obtenidos a ambos lados del Atlántico, que el jet ejecutivo que cayó en Yucatán el 24 de septiembre pasado, con más de 3 toneladas de cocaína y heroína, es el mismo avión usado por la CIA para trasladar presos a la base de torturas de Guantánamo.
Los aviones de las fuerzas de ocupación imperiales, por un lado son utilizados para extraditar supuestos delincuentes desde Colombia, luego "sacan de sus cuevas a los terroristas islámicos" para transportarlos a Guantánamo, y parece que inmediatamente bajarlos del avión, parten en otra misión, a traficar con droga de sus proveedores en Medellín a sus redes de distribución en USA. Señala La Haine, que según Narconews, "el piloto del avión que usó la CIA entre Europa y Guantánamo, y que se desplomó cerca de Cancún el lunes 24 de septiembre con un cargamento de cocaína, es el mismo Greg Smith, un piloto de confianza del FBI y de la CIA que hizo múltiples vuelos, entre 1999 y el 2002, para transportar a traficantes colombianos"...
Podemos interpretar esto, desde una perspectiva "de arriba hacia abajo", si consideramos las declaraciones del senador de USA, Ron Paul, que señaló que "todas estas guerras (guerra a las drogas, guerra al terrorismo) son para asustar a la gente, para que entreguen sus libertades y entreguen su dinero al gobierno, para que éste resuelva los problemas"...
Irak ocupada (con todo su potencial petrolero incluido) bajo la escusa de armas de destrucción masiva o de conexiones con el terrorismo de Al Qaeda, de las que previamente se sabía que no existían; Afganistan ocupada (también con todo su petróleo) bajo la escusa de la lucha contra la voladura de las torres por parte de Al Qaeda... aunque cada vez más pruebas apuntan a que se trató de un autoatentado... Redes de narcotráfico capaces de asesinar al hijo de un presidente latinoamericano, quien niega el atentado y voltea a otro lado...
Podemos interpretar también estos datos, de abajo hacia arriba, cuando constatamos que el narcotraficante de la esquina, actúa en complicidad con el policía del barrio, quien sigue órdenes de su estructura de mando jerárquica de la institución policial, bajo responsabilidad de el alcalde, el gobernador... o de las oficinas del entorno de alguno de nuestros presidentes...
Durante el año 2006, participé en el equipo de facilitadores de la Consulta Nacional de la Secretaría Técnica para la reforma Policial, del Ministerio de Interior y Justicia, donde recogimos los testimonios de las más de cinco mil personas que participaron en los 121 talleres, entre los que están gobernadores, alcaldes, directores de las instituciones policiales, funcionarios policiales y de la guardia nacional, defensores del pueblo, comunidades urbanas, rurales e indígenas, movimientos sociales, ongs de derechos humanos, organizaciones de niños, niñas y adolescentes, estudiantes, empresarios, transportistas, organizaciones religiosas, cooperativas, sindicatos y otros.
Desde esa experiencia, pude intuir cómo se van engranando los mecanismos de control social, que llevan desde los intereses de las corporaciones trasnacionles, hacia las organizaciones de narcotráfico, a los aparatos burocráticos, y en especial a aquellos "responsables" de mantener el "órden público". Estos aparatos policiales se articulan con las bandas de menudeo del tráfico de drogas en nuestros barrios, constituyendo una tenaza con la palanca institucional de las policías por un lado, y por el otro, la de las bandas integradas en su mayoría por niños y adolescentes, que azotan nuestros barrios. Juntas estas tenazas conforman una red capilar que penetra hasta el más recóndito rincón de la geografía humana de nuestras sociedades latinoamericanas, y se me hace que la percepción es fácilmente ampliable a todo el globo.
Tal vez sean paranoias conspirativas mías, pero percibo que esa red global de narcotráfico que permea cada esquina de barrio, controla también a los aparatos burocráticos, los militares y los policiales, como instrumentos al servicio de intereses inexpresables. Si no, ¿cómo explicar que aviones que transportan a "terroristas" afganos, o a narcos colombianos "extraditables", se utilicen también para traficar con toneladas de cocaína y heroína... O que intereses del tráfico de drogas y armas, asesinen al hijo del Presidente Menen, y él mismo lo niegue y busque encubrir a los responsables... O tantas sospechas de la articulación entre los grupos narcotraficantes con los aparatos burocráticos... y finalmente, tantos testimonios que apuntan a una complicidad entre los aparatos policiales y las bandas de menudeo de narcotráfico?
Los tentáculos de la hegemonía imperialista, llegan hasta la esquina de tu casa...
Los aviones de las fuerzas de ocupación imperiales, por un lado son utilizados para extraditar supuestos delincuentes desde Colombia, luego "sacan de sus cuevas a los terroristas islámicos" para transportarlos a Guantánamo, y parece que inmediatamente bajarlos del avión, parten en otra misión, a traficar con droga de sus proveedores en Medellín a sus redes de distribución en USA. Señala La Haine, que según Narconews, "el piloto del avión que usó la CIA entre Europa y Guantánamo, y que se desplomó cerca de Cancún el lunes 24 de septiembre con un cargamento de cocaína, es el mismo Greg Smith, un piloto de confianza del FBI y de la CIA que hizo múltiples vuelos, entre 1999 y el 2002, para transportar a traficantes colombianos"...
Podemos interpretar esto, desde una perspectiva "de arriba hacia abajo", si consideramos las declaraciones del senador de USA, Ron Paul, que señaló que "todas estas guerras (guerra a las drogas, guerra al terrorismo) son para asustar a la gente, para que entreguen sus libertades y entreguen su dinero al gobierno, para que éste resuelva los problemas"...
Irak ocupada (con todo su potencial petrolero incluido) bajo la escusa de armas de destrucción masiva o de conexiones con el terrorismo de Al Qaeda, de las que previamente se sabía que no existían; Afganistan ocupada (también con todo su petróleo) bajo la escusa de la lucha contra la voladura de las torres por parte de Al Qaeda... aunque cada vez más pruebas apuntan a que se trató de un autoatentado... Redes de narcotráfico capaces de asesinar al hijo de un presidente latinoamericano, quien niega el atentado y voltea a otro lado...
Podemos interpretar también estos datos, de abajo hacia arriba, cuando constatamos que el narcotraficante de la esquina, actúa en complicidad con el policía del barrio, quien sigue órdenes de su estructura de mando jerárquica de la institución policial, bajo responsabilidad de el alcalde, el gobernador... o de las oficinas del entorno de alguno de nuestros presidentes...
Durante el año 2006, participé en el equipo de facilitadores de la Consulta Nacional de la Secretaría Técnica para la reforma Policial, del Ministerio de Interior y Justicia, donde recogimos los testimonios de las más de cinco mil personas que participaron en los 121 talleres, entre los que están gobernadores, alcaldes, directores de las instituciones policiales, funcionarios policiales y de la guardia nacional, defensores del pueblo, comunidades urbanas, rurales e indígenas, movimientos sociales, ongs de derechos humanos, organizaciones de niños, niñas y adolescentes, estudiantes, empresarios, transportistas, organizaciones religiosas, cooperativas, sindicatos y otros.
Desde esa experiencia, pude intuir cómo se van engranando los mecanismos de control social, que llevan desde los intereses de las corporaciones trasnacionles, hacia las organizaciones de narcotráfico, a los aparatos burocráticos, y en especial a aquellos "responsables" de mantener el "órden público". Estos aparatos policiales se articulan con las bandas de menudeo del tráfico de drogas en nuestros barrios, constituyendo una tenaza con la palanca institucional de las policías por un lado, y por el otro, la de las bandas integradas en su mayoría por niños y adolescentes, que azotan nuestros barrios. Juntas estas tenazas conforman una red capilar que penetra hasta el más recóndito rincón de la geografía humana de nuestras sociedades latinoamericanas, y se me hace que la percepción es fácilmente ampliable a todo el globo.
Tal vez sean paranoias conspirativas mías, pero percibo que esa red global de narcotráfico que permea cada esquina de barrio, controla también a los aparatos burocráticos, los militares y los policiales, como instrumentos al servicio de intereses inexpresables. Si no, ¿cómo explicar que aviones que transportan a "terroristas" afganos, o a narcos colombianos "extraditables", se utilicen también para traficar con toneladas de cocaína y heroína... O que intereses del tráfico de drogas y armas, asesinen al hijo del Presidente Menen, y él mismo lo niegue y busque encubrir a los responsables... O tantas sospechas de la articulación entre los grupos narcotraficantes con los aparatos burocráticos... y finalmente, tantos testimonios que apuntan a una complicidad entre los aparatos policiales y las bandas de menudeo de narcotráfico?
Los tentáculos de la hegemonía imperialista, llegan hasta la esquina de tu casa...
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Ilustro con este video y foto de enfrentamientos en el Complexo do Alemao, una de las favelas más grandes del norte de Río de Janeiro, que publicó hace ya un tiempo Hernán Zin, en su blog Viaje a la guerra. Las dos palancas de las tenanzas, enfrentándose frontalmente, con el pueblo aterrado en el medio...
Termino repitiendo las declaraciones del senador y candidato republicano para las elecciones de 2008 de USA, Ron Paul: "todas estas guerras (guerra a las drogas, guerra al terrorismo) son para asustar a la gente, para que entreguen sus libertades y entreguen su dinero al gobierno, para que éste resuelva los problemas"... Un gobierno a su vez bajo el control del lobby militar-industrial de ese país, como temió el presidente de USA Eisenhower en su "testamento político" de enero de 1960.
Disculpen lo poco apropiados de estos dos post de hoy, para un día de navidad...
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